jueves, 8 de diciembre de 2016

Patatas a la importancia

Conocidas desde hace muchísimo tiempo en la gastronomía turolense y aragonesa, forman parte, en la actualidad, de la cultura culinaria de Castilla-León (sobre todo en la provincia de Palencia) y de Madrid capital.
Se trata de una elaboración sencilla que puede ser presentado para grandes ocasiones como primer plato, y no quedar, por ello, en mal lugar. Nada que envidiar a otras combinaciones más vistosas y empringadas.
Requiere dos tiempos: una fritura inicial y la elaboración del guiso.
Su resultado es impresionante. Y barato, adecuado para los tiempos que corren.
Ingredientes:

Patatas
Cebolla
Huevos
Ajos
Harina
Vino blanco
Aceite de oliva del Bajo Aragón
Caldo de carne
Perejil
Azafrán del Jiloca
Sal

Modo de hacerlo:
Lavar, pelar y cortar las patatas en rodajas de un centímetro de espesor. Salpimentar las rodajas.
Batir un par de huevos en un plato hondo.
Poner harina en otro plato hondo.
Colocar una sartén al fuego con aceite de oliva del Bajo Aragón.
Cuando el aceite esté caliente ir pasando las rodajas de patata por la harina y, a continuación, por los huevos batidos e ir echándolas, por tandas, a la sartén.
A medida que se vayan friendo las sacamos y las colocamos en una bandeja con cuidado, para no estropear el rebozado.
Preparamos, en un mortero, un majado con los dientes de ajo, el perejil, el azafrán y un pellizco de sal.
Pelamos la cebolla y la picamos finamente.
Colocar una cazuela de barro al fuego con aceite.
Agregar y sofreír la cebolla.
Cuando la cebolla comience a dorarse añadimos una cucharada de harina, mezclando los ingredientes y, a continuación, el majado contenido en el mortero, sin dejar de remover. Un momento después, añadimos el vino.
Dejamos cocer hasta que se evapore el alcohol (con un par de minutos basta).
Separamos la cazuela del fuego y añadimos, con cuidado, las patatas.
Colocamos de nuevo la cazuela en el fuego y cubrimos el contenido con caldo.
Dejamos cocer alrededor de 20 minutos.
No hay que utilizar cubiertos para mover el contenido de la cazuela, sino que, cogida de dos lados, la vamos removiendo para evitar que las patatas se rompan.
Se sirves calientes, pudiendo espolvorearlas de azafrán y perejil.
P.D.: En algunos lugares suelen agregarse al guiso tacos de jamón, chorizo, almejas, queso, almendras,… Para gustos y colores. Aunque, tal cual, están sabrosísimas.

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